A una semana del crimen: La situación de los siete detenidos por el asesinato de la carabinera Rita Olivares
Cuando ya transcurrió una semana, una serie de detenciones y posteriores formalizaciones se ha concretado producto de la muerte de la sub oficial mayor de Carabineros, Rita Olivares, en la comuna de Quilpué, Región de Valparaíso.
El pasado domingo, la uniformada falleció tras recibir un impacto de bala en su cabeza, en el marco de un procedimiento por robo en un domicilio.
Este caso provocó conmoción en la ciudadanía y ha obligado a diversos sectores políticos a avanzar en materias legislativas relativas a la seguridad pública.
Así, por la causa de la muerte de Olivares, durante la semana, las policías detuvieron a siete imputados -todos mayores de edad- y luego el Ministerio Público formalizó a seis de ellos por los delitos de asociación ilícita, robo con intimidación y violencia, homicidio consumado de funcionaria de Carabineros, homicidio frustrado en contra de tres funcionarios de Carabineros y porte de arma de fuego.
Todos los capturados formaban parte de una banda criminal dedicada a cometer diversos delitos contra la propiedad, como también al tráfico de drogas y porte ilegal de armas de fuego. De hecho, tres miembros del grupo criminal fueron parte de un grupo de reos que escapó de un recinto penitenciario durante el 2021.
Las detenciones
Las detenciones de los presuntos criminales se concretaron de forma progresiva hasta el recién pasado jueves. Edward Fuenzalida Leiva (28 años) fue el primer detenido. A él se sumó Miguel Acevedo Tauda. En tanto, el tercer aprehendido por este crimen fue Luis Martínez-Conde Riesco (27).
A ellos se agregó Maximiliano Alexander Fuenzalida Leiva de 25 años -hermano de Edward Fuenzalida- y Matías Ignacio Peralta Parra (24). Luego, Elizabeth Soto Soto.
Recordar que los hermanos Fuenzalida y Peralta escaparon -junto a un grupo de internos- de la Cárcel de Valparaíso durante el 2021.
Finalmente, Cristian Alejandro Rodríguez (26), alias «el Mono» fue capturado este jueves. «El día de hoy, durante la mañana, en virtud de una nueva orden obtenida por la fiscalía ante el tribunal, con los antecedentes otorgados por la policía que buscaba al último sujeto que era de interés, se logró su ubicación en la ciudad de Quillota», detalló la fiscal a cargo del caso, Mónica Arancibia.
Qué pasó con cada uno
El pasado miércoles se realizó la formalización en contra de Edward Fuenzalida Leiva, Miguel Axel Acevedo Tauda, Luis Martínez-Conde Riesco, Maximiliano Alexander Fuenzalida Leiva, Matías Ignacio Peralta Parra y Elizabeth Alejandra Soto Soto por la causa, aunque la mujer por su participación en calidad encubridora.
En la audiencia, la magistrada Paula Millón, del Juzgado de Garantía de Quilpué, decretó que los tres fugados del recinto carcelario debían regresar a cumplir su condena previa, y estableció la medida cautelar de prisión preventiva para los otros tres sospechosos.
Así, Maximiliano Fuenzalida Leiva, Matías Peralta Parra, y Edward Fuenzalida Leiva, fueron ingresados a recintos penales a cumplir penas por quebrantamiento de condena.
Mientras que para Luis Vicente Martínez-Conde Riesco, quien fue indultado en 2020 producto de la pandemia por Covid-19, Miguel Acevedo Tauda y Elizabeth Soto quedaron bajo la medida cautelar de prisión preventiva.
En tanto, el Juzgado de Garantía de Quilpué decretó el viernes prisión preventiva para Cristian Alejandro Rodríguez.
Modus operandi
La fiscal jefe de Quilpué, Mónica Arancibia, indicó a los medios de comunicación que los involucrados planificaron el robo y fijaron el día anterior al hecho «el lugar que querían asaltar, donde querían ingresar a cometer errores. Por tanto, al momento de concurrir, en el vehículo que era que es de propiedad de la hermana de Acevedo Tauda, al llegar al lugar armado para cometer este ilícito, a él (a Cristian Alejandro Rodríguez) se le asigne en ese momento la tarea de conducir».
En ese sentido, la persecutora aseveró que la participación de Rodríguez en el ilícito «es muy relevante». «Al momento que los demás imputados tratan de huir, él es quien tiene el manejo en el vehículo. Cuando la RP (radiopatrulla), donde iba a la sub oficial mayor, trata de interceptarlos para que no huyan y frustrar este robo, él avanza, luego retrocede, se ve en la imagen (de un video) que desde ese vehículo en definitiva se comienza a disparar» en contra de los funcionarios policiales.
Detalló que este delito «no es una situación puntual». «Son parte de una asociación (…) todos (los delincuentes) iban armados», subrayando que «todos están en disposición de usar armas de fuego».
Por lo mismo, agregó que «ellos sustrajeron joyas, dinero, la llave de una camioneta, que también es elemento relevante. No pudieron sustraer más, porque llegó Carabineros raudamente al lugar cumpliendo su función».
Sobre la etapa en que se encuentra el proceso, indicó que «viene otra ardua labor de investigación».
Arancibia ahondó: «Hay muchos elementos que analizar», pero «se enviaron y se analizaron» diferentes tipos evidencias. En ese sentido, sostuvo que «la BIPE Metropolitana aportó información de extracción de información de equipos telefónicos y de otros afines que están incautados y con orden judicial, en definitiva, se ha pedido su análisis».
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Con todo, aseveró que los organismos encargados de llevar adelante la investigación «tienen mucha información» y que «todo eso hay que obtenerlo durante la investigación, sin perjuicio de las pericias relativas ADN, ADN levantado en el sitio del suceso, ADN de las tomas de muestras de los imputados al momento de sus respectivas detenciones».
A ello, agregó que todavía falta realizar un número importante de diligencias investigativas.
En cuanto a las penas, detalló que el delito de homicidio en contra de un funcionario de Carabinero contempla penas que podrían llegar hasta presidio perpetuo calificado, mientras que la asociación ilícita cuenta con una pena de «crimen». El robo con violencia, en tanto, estima condenas carcelarias de hasta 20 años.
«Entendemos que debieran ser las penas más altas de nuestra legislación por la gravedad de los hechos», concluyó.
En todo caso, la fiscalía todavía no determina quién fue el autor del disparo que le dio muerte a la funcionaria policial.
Testimonio
Hasta el momento, Luis Vicente Martínez-Conde Riesco, el tercer detenido en orden cronológico, es el único que hasta ahora ha señalado directamente a alguien como el autor material del disparo.
«Quiero hacer presente que cuando íbamos de huida con el Matías (Peralta Parra) y el Maximiliano (Fuenzalida Leiva), éste me señaló: ‘me tercié de frente con la paca que se bajó del copiloto de la patrulla de los pacos y le tuve que disparar'», eso fue parte del relato presentado por Arancibia y que corresponde a la declaración voluntaria que hizo el detenido a la PDI tras su detención.
Sumando a ello que si llegaba a ser detenido, él ‘daría cara’ «por haberle disparado a la carabinera». Aunque, esto es la única versión que apunta a Fuenzalida Leiva.
La fuga
Hay que recordar que algunos de estos imputados ya había protagonizado en años anteriores un escape cinematográfico. Edward Fuenzalida Leiva, Maximiliano Fuenzalida Leiva -ambos hermanos-, junto a Matías Peralta Parra formaron parte del grupo que se fugó de la cárcel de Valparaíso el 23 de julio de 2021.
La fuga ocurrió a las 7 horas de ese día, cuando un funcionario uniformado del Centro de Educación y Trabajo (CET) La Pólvora, en compañía de usuarios de la misma unidad, llegó hasta el patio de maniobras del recinto para entregar el pan para la población penal.
Según informó en su momento el coronel Luciano Chávez Soto de Gendarmería, en ese contexto «aparecieron seis internos premunidos aparentemente con un arma de fuego, donde amenazaron al personal de servicio», quienes accedieron «a abrir el portón».
Además, los reos redujeron a un gendarme, según Chávez, a quien «amenazaron con esta arma presumiblemente, lo golpearon, le quitaron las llaves y accedieron concretando la fuga, abriendo este portón».
En todo caso, para poder acceder al patio, habían hecho un forado en una zona donde se retira la basura, pudiendo huir tras intimidar al gendarme.